Robótica y estructura de pensamiento: Innovación tecnológica para el desarrollo cognitivo
En la era digital actual, la robótica se ha convertido en mucho más que una herramienta tecnológica; pues el aprendizaje de esta ciencia potencia el desarrollo cognitivo y la estructura de pensamiento en niños y adolescentes.
En el ámbito educativo, la robótica no solo enseña conceptos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), sino que también desafía a los estudiantes a pensar de manera estructurada y resolver problemas de forma creativa e informada.
Los niños y adolescentes no solo aprenden sobre programación y mecánica, sino que también desarrollan habilidades de resolución de problemas y pensamiento lógico. Esto se logra a través de proyectos prácticos donde los estudiantes deben diseñar, construir y programar robots para cumplir con objetivos específicos.
Además, la incorporación de robótica en el aula de clase enriquece el aprendizaje basado en proyectos, ya que los estudiantes se involucran activamente en la planificación, ejecución y evaluación de sus propios proyectos robóticos. Esta metodología promueve el trabajo en equipo, la colaboración y la comunicación efectiva, habilidades fundamentales tanto en el ámbito educativo como en el profesional.
Y es por ello que, el Gimnasio Campestre Oxford en alianza con el sistema UNO I trabaja la robótica como una materia dentro del plan de estudios, pero siempre entendiendo que es necesario desarrollar una serie de fases que permitan a los estudiantes un correcto proceso formativo. Estas fases son:
Reto: Acá se le proporciona a cada curso una problemática con un reto por resolver, la complejidad del mismo dependerá del grado académico que esté cursando el estudiante.
Indagación: Todo proceso requiere una investigación exhaustiva con información relevante y fuentes verídicas, por eso en esta fase los alumnos realizan toda la búsqueda necesaria.
Diseño: Una vez concluida la investigación, se desarrolla el primer boceto, mismo que el docente revisa y ayuda a encaminar a los estudiantes, motivando su creatividad sin perder de vista la resolución del reto.
Construcción: Esta es la fase más divertida para los chicos, pues en ella se crea todo lo en algún momento estuvo en su mente.
Comunicación: Ya desarrollada la idea, es importante comunicarle a toda la comunidad, qué es su proyecto, para qué se utiliza y qué reto soluciona, todo a través del círculo dorado.
Evaluación: Y para finalizar es necesario poner a prueba en diferentes espacios y con distintos usuarios el diseño realizado.
Y es gracias a estas 6 fases que los estudiantes del GCO adquieren todos los beneficios que la robótica trae dentro de las aulas de clase.
En conclusión, la robótica no solo enseña habilidades técnicas, sino que también fortalece la estructura de pensamiento y promueve un enfoque sistemático para abordar problemas complejos. Al integrar la robótica en el plan de estudios, estamos preparando a las generaciones futuras para ser innovadoras, colaborativas y adaptativas en un mundo impulsado por la tecnología.