Una de las partes más emocionantes del ingreso a preescolar es la oportunidad de hacer nuevos amigos y explorar un mundo de aprendizaje juntos. A través del juego, los niños desarrollan habilidades sociales, emocionales y cognitivas mientras exploran su entorno y descubren nuevas cosas sobre sí mismos y el mundo que los rodea.

Pero este proceso no solo está lleno de emociones para los pequeñitos que van a dar el gran paso, sino también para los padres de familia, desde la alegría y el orgullo de ver a su pequeño crecer, hasta la nostalgia y la incertidumbre de dejarlo ir hacia un nuevo mundo de aprendizaje.

Para muchos padres, este camino representa el primer paso en el proceso de separación de sus hijos. Es natural sentirse nervioso o preocupado por dejar a su hijo en un entorno nuevo y desconocido. Sin embargo, también es una oportunidad emocionante para verlo florecer y desarrollarse independientemente.

En el Gimnasio Campestre Oxford, entienden la importancia de este momento para los padres. Por eso, se esfuerzan por crear un ambiente acogedor y de apoyo tanto para los niños como para sus familias durante el proceso de ingreso a preescolar.

Donde se mantiene informado a los padres del avance continuo de los chiquitines, y establecen diferentes planes estratégicos de apoyo; como el desarrollado durante la primera semana de clase donde se otorga información puntual y de valor, como: tips para el manejo de emociones, tips para una lonchera ideal, consejos pedagógicos al ingresar al preescolar y tips de psicología para la adaptación de los niños, todo esto con la finalidad de ofrecer apoyo y acompañamiento en este proceso y así hacer más sencillo este camino. 

Y a su par, se enseñan a los niños a reconocer, afrontar y gestionar el mundo de emociones nuevas que comienzan a sentir.  

Esto es posible gracias a diversas estrategias como lo son: 

• El saludo emocional: En la mañana, se realiza un saludo emocional en donde cada niño escoge cómo saludar dependiendo de cómo se sienta, esto les ayuda a reforzar el respeto por los demás, reconociendo la importancia del saludo, pero sin dejar de lado sus emociones. 
• Termómetro de emociones: Es una herramienta visual que permite a los estudiantes identificar y comunicar cómo se sienten. Este consta de una escala que representa diferentes niveles de intensidad emocional, abarcando desde la tristeza hasta  la alegría. En esta herramienta, los niños pueden señalar el nivel de intensidad emocional que están experimentando en un momento determinado, lo que ayuda a comprender mejor sus necesidades emocionales.
• El rincón de la calma: Este es un espacio que le permite al niño calmarse por medio de diferentes elementos, entre los cuales se puede encontrar estimulación sensorial y olfativa, acá ellos pueden reflexionar sobre cómo se siente y qué decide hacer con dicha emoción. 
• Personaje de la semana: Es un espacio donde los niños por medio del cuaderno viajero tendrán la posibilidad de registrar 5 momentos especiales en los cuales identifique las diferentes emociones y cuente cómo las validó y las gestionó. 

En conclusión, es importante recordar que, por más de que esta etapa represente un gran reto tanto para padres como para niños, es un proceso natural, el cual debe realizarse para un correcto desarrollo emocional, cognitivo y social.

Por eso es crucial que como padres no se le transmita miedo o inseguridad a los niños, sino que, por el contrario, puedan brindar ese apoyo y seguridad que ellos necesitan para afrontar este enorme paso.